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TCHAIKOVSKY-5ª SINFONIA (2º MOVIMIENTO)

La dimensión trágica del drama personal que Tchaikovsky revela en sus tres ultimas sinfonías quizá se ha diluido un poco desde sus tiempos. Gran bebedor -como todo hombre de valía-, apostador, homosexual. No eran las cartas de presentación que facilitaban la vida en la Rusia zarista. Sin embargo, la proyección hasta el cansancio de estas características en toda clase de telenovelas puede imposibilitar un poco al hombre moderno para entender el profundo drama del compositor ruso.
Tenemos al compositor genial con obras maestras en distintos géneros. Eugenio Onegin y La reina de espadas(opera); El lago de los cisnes, La bella durmiente y El cascanueces(ballet); una colección de canciones de una delicadeza exquisita; suites orquestales que fundaron la fama del autor en su tiempo; sus seis sinfonías (ocho en realidad, contando la Manfred y la inconclusa Séptima), siendo de la cuarta a la sexta indispensables, etc. Sin embargo al igual que Bruckner, de quien hablamos en una entrega reciente, el compositor ruso era bastante inseguro respecto a la valía de su obra. Entre otras cosas, contribuía a esta inseguridad el tremendo reconocimiento que obtuvo la Primer sinfonía de Brahms (algún crítico la llamó la Décima de Beethoven), cuya escritura sinfónica era radicalmente distinta a la de nuestro ruso.
Se ha comentado la gran diferencia en el carácter de una obra como la Obertura fantástica Romeo y Julieta y otra como la Quinta sinfonía. La primera es una gran retrato de caracteres, que busca describir los personajes que todos conocemos de Shakespeare, mientras la segunda reflexiona sobre el complejo drama que vivía Piotr Ilyich. Recuérdese aquella famosa frase de uno de sus diarios: Lastimo, luego existo. Era tanta la inseguridad de Tchaikovsky que en una carta a Nadezhka von Meck escribe sobre la Quinta: “La sinfonía es demasiado colorida, demasiado pesada, insincera, deslucida, en general desagradable. Con la excepción de [Sergei] Taneyev quien insiste que la Quinta es mi mejor composición, todos mis amigos honestos y sinceros piensan pobremente de ella. ¿Podríamos decir entonces que estoy acabado?. ¿Ha comenzado el principio de fin?.”
Si bien suele ser difuminada por sus vecinas (la Cuarta y la Sexta) es definitivamente un trabajo más accesible que estas, que no le quita validez a esta obra. El motto melódico que se repite en todos los movimientos junto con el profundamente melancólico corno del Andante cantabile son inolvidables.

2 comentarios:

  1. La quinta sinfonía es un lujo. Mi segunda sinfonía favorita en estos momentos

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  2. El 2º movimiento de la 5ª sinfonía de Tchaikovsky es, a mi modo de sentir, la expresión mas "entendible" que he jamás he oido del amor y la pasión.

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